Entrevista a Holger Hieronimi durante la Convergencia Latinoamericana de Permacultura (Junio 2015)

Holger, durante la CLAP Colombia en 2015

La entrevista fue realizada por Alvaro Restrepo Gaviria, durante el último día de la Convergencia Latinoamericana de Permacultura (CLAP Colombia), el 20 de Junio 2015.

Fue publicada en la revista “Ciudad – Revista de Asuntos Urbanos” No 23, Septiembre 2015, ver edición en internet (desde la página 71) http://issuu.com/revistaciudadcolombia/docs/revista_ciudad_edi_23_web

Álvaro Restrepo Gaviria: – Buenos días, para empezar quizas nos cuentas un poco acerca de ¿cómo te llamas, de donde vienes y cómo encontrastes el camino de la permacultura?…

Holger: – Buenos días, me llamo Holger Hieronimi. Tengo 46 años, estoy a punto de cumplir 47; Nací en un pequeño pueblito al suroeste de Alemania, a orillas del río Mosela , de 5.000 habitantes, rodeado de bosques y castillos medievales. Crecer en un contexto así quizá me ayudó a establecer una relación más intuitiva con los sistemas naturales. Desde niño me pasaba mucho tiempo en los bosques, los viñedos y huertos que rodeaban nuestro pueblo y la casa donde mie crié;

También me inspiró mucho el movimiento ecologista en Alemania de los años 80; En aquél entonces era un autentico movimiento civil, que aglutinaba la lucha antinuclear, la preocupación por la guerra fría, la destrucción de habitat, la muerte de los bosques, la lucha contra los agrotoxicos etc.

Estos temas fueron movimientos fuertes civiles en Alemania durante los años 80a, que a mi hicieron dudar mucho del modelo de crecimiento perepetuo que aun prevalece en el mundo. A mediados de los años 80 tengo la oportunidad de conectarme con los primeros vinicultores orgánicos, y las primeras expresiones de agricultura orgánica en Alemania.

Emprendiendo un viaje a finales de los años 80 por Europa y por el norte de África, tengo la oportunidad de conectarme con otras culturas, viví un rato en comunidades de Berberes, en el Sur de Marruecos, conosco otras realidades y formas de vivir, mucho más simples y menos consumistas comparada con la cultura primermundista de Europa. Crece mi aprecio por la simplicidad radical.

A principios de los años 90 conosco una ecoaldea recién formada, ubicada en un pueblo abandonado en el norte de España; se llama Matavenero; esta experiencia la considero hoy mi “universidad”; Estando ahí, definitivamente me convenzo de no seguir el camino de la educación formal sino más bien me formo a través de mentores, trabajos prácticos, colaboración en proyectos.

En 1992 recibo una invitación para visitar y conocer México. Alli de inmediato me puedo conectar con muchas culturas alternativas, que además de las ecoaldeas y las iniciativas ecologista-orgánico-ecológicos, de los cuales siempre formaba parte, también incluía representantes de grupos más “espirituales”, también conocí el movimiento bioregional,originalmente concebido en EEUU durante los años setenta, el cual por aquél tiempo estaba inspirando a muchos activistas en México – tengo la oportunidad de trabajar con ONG y conocer comunidades rurales e indígenas, algo que junto con el hecho de que conozco mi compañera de vida Marina. Así las cosas, entonces vivo en México desde el año 1993 y ahí pronto me vuelvo a conectar con la permacultura que ya había estudiado un poco cuando vivía en España, pero ahora si decido capacitarme, tomar más cursos, trabajar en proyectos. A través de las redes del movimiento bioregional de América del Norte, conecto con mis primeros instructores, y en 1996 tomo mi primer curso certificado de permacultura. Desde entonces no me he salido de esta trinchera, aunque en la actualidad ya no necesariamente lo llamo así, sino “diseño de sistemas ecológicos” que está inspirado, entre otras cosas, en principios de permacultura.

Después de los primeros cursos en México decido refinar mis conocimientos a través de trabajos prácticos; cuando nace mi primer hijo en 1997, esto me obliga a por fin de quedarme en un lugar por un tiempo, en una casa donde establecimos los primeros huertos y empezamos a dar los primeros talleres. En 1999 regresamos a México, después de viajar por varios países de Europa y Latinoamérica, para hacernos cargo de un proyecto de agricultura comunitaria y permacultura en una de las más antiguas ecoaldeas de Latinoamerica, que se llama Huehuecoyotl. Después de una estancia de dos años, trabajo por un tiempo en comunidades rurales y en proyectos relacionados con el manejo sostenible de agua, y un tiempo después, por el año 2001, regresamos al estado de Michoacán, donde en 2002 podemos comprar un pequeño terreno para plasmar nuestro proyecto familiar.

“Permacultura Profunda” – título de la conferencia-presentación entregada durante la CLAP

Desde entonces estamos desarrollando una mini-granja familiar en las orillas de un pueblito que se llama Erongaricuaro; el lugar antes fue un potrero, y/o un campo para sembrar maíz (ya bastante agotado por el uso de agroquimicos). Este territorio, lo estamos convirtiendo en un pequeño ecohábitat. Alli ahora estamos organizando periodicamente cursos, talleres, abiertos tanto para la comunidad de Erongaricuaro, como para todas las personas que estén interesadas en esta experiencia.

En mi vida personal, busco un equlibrio en mis múltiples actividades; junto con mi compañera, mantenemos tierramor.org, una iniciativa familiar para apoyar el desarrollo humano y la permacultura; Destino mi tiempo y energía a proyectos muy variadas:

Parte de mi tiempo la dedico a mantener junto con mi familia nuestro proyecto de la mini-granja donde vivimos, produciendo parte de nuestros alimentos, desarrollando sus sistemas ecológicos, colaborando y aportando a la comunidad donde vivo. También en este sendero de la transición, es necesario dirigir parte de la atención hacia mi mismo, a través de la meditación, la investigación, buscando mejorar mis habilidades prácticas y conocimientos. Siempre hay algo para aprender. También dedico algo de mi tiempo y energía a mantener una página web (tierramor.org),a facilitar conferencias, cursos, talleres y seminarios y brindar asesorías de diseño ecológico, es decir, busco apoyar a otras personas en su camino hacia una vida menos consumista y más productiva;

Para mí esto es el “Gran Cambio” que nos toca como individuos y comunidades: la tarea de transformarnos de consumidores dependientes y pasivos a comunidades robustas de productores interdependientes, viviendo una vida responsable y creativa. Esto es, para mi, la escencia de la transición.

La sociedad de crecimiento industrial se está topando con límites de recursos y energía. El modelo de crecimiento exponencial está llegando a su fin. En ese sentido México es un ejemplo: un país donde se han extraido por décadas y siglos recursos y minerales, desde los bosques hasta el oro y la plata, y durante las últimas décadas fue especialmente el petróleo que fue extraído, pues hasta hace muy poco tiempo, México era uno de los mayores productores a nivel mundial. Esto llegó a su cenít en algún momento entre 2002 y 2005; Desde entonces, la producción petrolera está bajando dramáticamente, lo cual tiene consecuencias visibles en diferentes ambitos: lo que podemos observar en México, es la desarticulación de un estado-nación que estaba muy fuerte hasta hace muy poco tiempo, el sistema está ahora realmente desarmándose a la vista de todo el mundo: un sistema político completamente disfuncional, el surgimiento de poderes “paralelos” al gobierno central y muchos de estos se abastecen o financian con negocios ilícitos, el tráficos de drogas, armas, y personas. Un panorama bien conocido en el contexto colombiano. Parte de mis constantes viajes a Colombia han sido para conocer y aprender como el pueblo colombiano lo hizo, como convivió con este panorama. En México tenemos mucho por aprender de la sociedad civil de Colombia, en términos de organización social y resiliencia, frente a un panorama de mucha incertidumbre. Considero México un caso ejemplar de lo que puede pasar con un declive pronunciado de la producción petrolera;

Mas generalmente, estoy convencido que nos tenemos que acostumbrar a una realidad, marcada por límites, algo que está chocando la experiencia vivida durante las últimas generaciones, de un crecimiento aparentemente illimitado. Dentro de la sociedad corriente, sigue el deseo y la expectativa de que hay quer seguir creciendo, creciendo, y creciendo… Estamos atrapados como humanidad en una narrativa cultural que habla de crecimiento eterno y eso se refleja por ejemplo en un sistema económico (el capitalismo) que depende del crecimiento para simplemente sobrevivir. Pero no podemos hacer crecer la economía sin también crecer en la extracción y el consumo de recursos y energía, extraídos de la tierra.

Esto es un desafío para todos, pues la tierra ya no puede entregar más sino menos.

Personalmente, veo permacultura, el diseño de sistemas ecológicos, como un un marco conceptual basado en principios ecológicos y éticos, que puede apoyarnos como individuos y comunidades en la transición a un mundo donde recursos y energías sean cada vez más limitados.

En este sentido, la permacultura es una respuesta creativa, proactiva, propositiva, positiva ante este escenario de crisis social y ambiental que está cada vez más aparente.

Álvaro Restrepo Gaviria: Ahora Holger, te voy a decir cuatro palabras con m y tú dices lo que se te venga de corazón cuando las escuches; la primera es Milpa:

Holger: – Milpa… la asociación tradicional en México, un policultivo basado en el cultivo de maíz, frijol y calabaza y al mismo se integraban a entre 20 y 50 diferentes especies multiuso, dependiendo del lugar donde se practicaba. Ha sido una forma como los indígenas en México, en Mesoamérica y quizás también en otros lugares de América, han logrado sobrevivir y prosperar durante en siglos y milenios.

Álvaro Restrepo Gaviria: Memoria

Holger: – Memoria ancestral: es la (re)conexión con lo más profundo de la humanidad.

Álvaro Restrepo Gaviria: Michoacan

Holger: – un bello estado en las montañas de suroeste del centro occidente de México el lugar donde se asentó una de las culturas, indígenas más fuertes que aún hoy está viva la cultura Purépecha, hoy en día nos están dando muchos ejemplos de resiliencia y organización comunitaria.

Álvaro Restrepo Gaviria: Mar

Holger:- Mar -cubre el 65% de planeta Tierra – los océanos de agua salada, interesante que la composición química del agua es muy similar a la composición de nuestra sangre.

Álvaro Restrepo Gaviria: Muerte

Holger: – Muerte es el renacimiento; no hay vida sin muerte y la vida comienza con la muerte. Esta es una visión que tenemos que integrar a nuestra cosmovisión y no apartarlo como lo hacemos actualmente en nuestra cultura occidental.

Enlaces relacionados:

Articulo original en la revista “Ciudad – Revista de Asuntos Urbanos” No 23, Septiembre 2015, ver edición en internet (desde la página 71) http://issuu.com/revistaciudadcolombia/docs/revista_ciudad_edi_23_web

Fotogalería extensa de la CLAP Colombia 2015 en GoogleFotos (archivario de Tierramor)

Fotos selectos de la CLAP 2015 Colombia:

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